Crece la intolerancia y se quiere obligar a la Iglesia Católica a “modificar su postura” sobre la homosexualidad, advierte obispo

REDACCIÓN  
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Cuando el 19 de junio el presidente José Mujica solicitó a la población que reflexionara durante un mes acerca de los problemas de “convivencia” que enfrenta la sociedad uruguaya, el obispo de Minas, Jaime Fuentes, se tomó el asunto al pie de la letra y comenzó un retiro espiritual.

Durante el retiro, Fuentes, que integra el Opus Dei y fue capellán de la Universidad de Montevideo, compartió sus opiniones sobre la seguridad pública a través del blog Desde el Verdún. Si bien el día que terminaba el retiro tenía previsto publicar un nuevo artículo sobre el tema, las repercusiones generadas a partir de las declaraciones de Mercedes Rovira llevaron al obispo a cambiar el eje de su columna y dirigirle una carta abierta a la ex rectora electa.

“¿Cómo pasar por alto este inaudito acto de violencia verbal con el que te han atacado desde todos los frentes, refrendado con el enchastre de la imagen de Juan Pablo II, otra expresión de violencia, delictuosa además por tratarse de un monumento nacional?”, se pregunta Fuentes en su artículo publicado el 19 de julio.

Rovira, que iba a ser la primera mujer en asumir el cargo de rector en una universidad uruguaya, sostuvo en una entrevista que la homosexualidad es “una anomalía” y que eso “obvio que juega” a la hora de designar a los docentes en la UM. “Nosotros somos bien claros en lo que buscamos. El respeto a la persona no va reñido a que consideramos que la verdad es lo que propone la naturaleza humana. La naturaleza humana somos hombres y mujeres, y la diferenciación de sexos es de la naturaleza, biológica y determinante. Que haya anomalías, las hay. También hay tréboles de cuatro hojas”, dijo la profesora.

Pese a que la UM se disculpó por el tenor de las declaraciones y decidió que Santiago Pérez del Castillo siga en el cargo de rector, el fiscal Carlos Negro citó a declarar a Rovira para determinar si la docente cometió actos de discriminación. Rovira fue decana de la Facultad de Humanidades de la UM, es profesora de Antropología e integra el Opus Dei.

Jaime Fuentes con el papa Benedicto XVI en el Vaticano

“Nueva intolerancia”

Fuentes sostuvo que la “forma de pensar y de actuar” de Rovira, con quien compartió varios años de trabajo en la universidad, están “en las antípodas” de lo que se la acusa.

Para ayudar a Rovira “en el análisis” de lo ocurrido e intentar responder a la “pregunta presidencial” de “qué nos está pasando”, lanzada por Mujica, el obispo transcribió un fragmento del libro “Luz del Mundo”, publicado en 2010 y que contiene reflexiones del papa Benedicto XVI.

En la cita elegida por Fuentes, el papa sostiene que “es por completo evidente que se está extendiendo una nueva intolerancia” y que “hay parámetros acostumbrados del pensamiento que se quieren imponer a todos”. “Por ejemplo, cuando en nombre de la no discriminación se quiere obligar a la Iglesia Católica a modificar su postura frente a la homosexualidad o a la ordenación de mujeres, quiere decir que ella no debe vivir más su propia identidad y que, en lugar de ello, se hace de una abstracta religión negativa, un parámetro tiránico al que todo el mundo tiene que adherir. Esta es, aparentemente, la libertad, ya por el solo hecho de ser la liberación de lo que ha regido hasta el presente”, añade.

Según el papa, esta realidad conduce “cada vez más a la reivindicación intolerante de una nueva religión”, la cual dice tener una “vigencia universal porque es racional”. “El hecho de que en nombre de la tolerancia se elimine la tolerancia es una verdadera amenaza ante la cual nos encontramos. El peligro consiste en que la razón —la llamada razón occidental— afirma que ella ha reconocido realmente lo correcto y, con ello, reivindica una totalidad que es enemiga de la libertad”.

“La agresividad con la que se presenta esta nueva religión ha sido descrita por el semanario ‘Der Spiegel’ como ‘cruzada de los ateos’. Es una cruzada que hace escarnio del cristianismo como ‘locura de Dios’ y encasilla la religión como una maldición a la que hay que atribuir también todas las guerras”, concluye la cita de Benedicto XVI elegida por Fuentes.

Posición oficial. ¿Cuál es la “postura” de la Iglesia Católica frente a la homosexualidad que, de acuerdo a Fuentes, se quiere modificar? La respuesta está contenida en varios documentos del Vaticano.

De acuerdo con el “Catecismo de la Iglesia Católica”, el “origen psíquico” de la homosexualidad “permanece en gran medida inexplicado”. Sin embargo, “apoyándose en las Sagradas Escrituras que los presenta como depravaciones graves, la tradición ha declarado siempre que ‘los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados’” y “no pueden recibir aprobación en ningún caso”.

Hay un “número apreciable de hombres y mujeres” que presentan “tendencias homosexuales profundamente arraigadas”, las que no deben sufrir “discriminación injusta”. Estas personas “están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”, explica la Iglesia Católica.

El propio Joseph Ratzinger (ahora el papa Benedicto XVI) elaboró en 2003 el documento “Consideraciones acerca de las propuestas para dar reconocimiento legal a las uniones entre personas homosexuales” cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El texto aprobado por el entonces papa Juan Pablo II, recuerda que en la Biblia las relaciones homosexuales “están condenadas como graves depravaciones”. No obstante, aclara que ese juicio “no permite concluir que todos los que padecen esta anomalía sean personalmente responsables de ella”.

Según ese documento, quienes se apoyan en el concepto de “tolerancia” para equiparar los derechos de los homosexuales en temas como el matrimonio, deben recordar que “la tolerancia del mal es muy diferente a su aprobación o legalización”.

Cuando el Vaticano divulgó ese documento en 2003, Búsqueda consultó al arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, para conocer su opinión sobre la homosexualidad y si la considera una enfermedad. “La naturaleza humana ha sido creada por Dios; entonces tiene determinados carriles, cánones, límites, que no se pueden franquear. ¿Se puede hablar de enfermedad entonces? En cierto sentido, sí. Es la ‘enfermedad’ de quien sufre en el propio ser y en la propia carne los desvíos y la desvirtuación de lo que llamamos naturaleza humana”, respondió en esa oportunidad.

Cuando hay personas que tienen esa “enfermedad”, Cotugno dijo que la Iglesia Católica no debe cerrarle las puertas ni “condenarlo”, sino “aislarlo para curarlo” y que así pueda volver “a la comunidad”.

Información Nacional
2022-10-29T23:45:00