Los bits como sinónimo de ideas, el futuro de Internet y las computadoras en la escuela

REDACCIÓN  
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“Le ruego que nos desafíe, nos enseñe y nos indique cursos de acción”, dijo el presidente de Antel, Ricardo Lombardo, el viernes 7 de noviembre, en el salón Flamingo del Hotel Riviera, ante un auditorio de unas 350 personas, que aunque tal vez no compartían ese pedido, sí debían tener el mismo interés en escuchar a Nicholas Negroponte, autor del libro Ser digital, que desde su publicación en 1995 fue traducido a 30 idiomas, y es considerado un gurú de la cibernética y la realidad virtual.

Negroponte vino a Montevideo exclusivamente para dictar el seminario Ser Digital, organizado por Broadcaster Magazine, la Asociación de Broadcasters Uruguayos (ANDEBU) y Antel.

Durante su conferencia, el experto adelantó que Internet sufría cambios importantes, entre los que destacó el papel preponderante que allí tomará la publicidad, al punto de que a los usuarios les podrían llegar a pagar por utilizar la red, mientras que ahora son precisamente las suscripciones su principal actividad comercial. Asimismo, restó importancia a las potenciales inseguridades de la red, por ejemplo referidas a las tarjetas de crédito, a las que se suele atribuir peligros que, en todo caso, no serían mayores que los que se corren en cualquier comercio cuando se paga con esa modalidad. Negroponte se refirió al rol de la informática en la educación, y aunque por supuesto destacó su importancia, señaló también que ella no puede desligarse del aspecto pedagógico.

Por unas cuatro horas, un público mayoritariamente masculino, integrado en parte por directores de medios de comunicación, académicos, autoridades y jerarcas de empresas de telecomunicaciones extranjeras y nacionales, siguió con atención el pensamiento del director del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de Estados Unidos, para quien “la tarea mayor es que la gente sea cien por ciento digital, que la gente entienda qué es ser digital”.

En ese sentido el panorama mundial no es parejo. Negroponte señaló que Japón, aunque aporta mucho equipamiento, como sociedad es muy poco digitalizada y que la situación en Africa es “bastante triste”. En cambio, los países escandinavos son los más digitales del mundo (en Finlandia, 60 por ciento de la población tiene acceso a Internet), mientras que no hay nada francés que sea digital. El Uruguay, por su parte, tiene un buen punto de arranque al contar con un buen nivel de digitalización. El especialista comentó que, con frecuencia, cuando se cuenta con toda la infraestructura digital lo que está faltando son personas digitales.

Los bits y las ideas: una similitud que permite comprender

Lograr que los seres humanos sean cien por ciento digitales no es tarea fácil. De hecho, para el autor de Ser Digital, que no entiende de física, descubrir que el mundo se divide en dos partes —bits y átomos— “fue un golpe de suerte”.

No tenemos una comprensión visual de los átomos, pero sabemos lo que son, que tienen peso, masa, color, los usamos, los comemos. “De hecho, la calidad de la vida depende de los átomos”, explicó Negroponte. El mundo de unos y ceros (cuya combinación y proceso permite representar los signos que aparecen en la pantalla) es muy simple pero no del todo entendible pues a los bits no los vestimos, no los comemos, no tienen peso ni masa y cuando se mueven lo hacen a la velocidad de la luz.

Pero una gran diferencia entre átomos y bits es que los últimos pueden asemejarse a las ideas. Cuando una persona le vende bits a otra, ambas tienen unos y ceros, al igual que cuando se venden ideas. En cambio, si lo que se comercializa es un tostador, los átomos que en un principio tiene el vendedor inevitablemente pasan a ser del comprador.

Esa diferencia también se encuentra entre las bibliotecas tradicionales y las digitales. Las primeras funcionan porque existen los átomos, los de cada usuario que debe trasladarse hasta la biblioteca y los de los libros, que además sólo pueden ser retirados en préstamo por una persona. En cambio, en las bibliotecas de bits (digitales) esos dos fenómenos cambian: la gente no debe movilizarse y 30 millones de personas pueden acceder al mismo texto.

Internet: global por definición

Si un padre llega a su casa y ve que su hijo habla con un joven que vive en Australia seguramente se moleste (principalmente calculando la factura de teléfono), mientras que si la conversación es vía Internet es más probable que se sienta orgulloso, comentó Negroponte. Es que la red mundial de información —inventada en la década del sesenta e interesante desde el punto de vista comercial desde hace cinco años, cuando se inventó la Word Wide Web— es por definición, global.

Mientras las distintas localidades tienen diferentes leyes, en la red no hay nada local. En Internet uno ni siquiera sabe dónde está: la geografía desapareció como nombre y también en términos de distancia. No hay manera de cerrarse a esa globalidad, insistió el experto.

Por como todo en la vida, Internet también va a sufrir cambios. Actualmente las suscripciones son el principal componente de la red, seguido de la publicidad y de las transacciones, pero ese orden se va a invertir, indicó Negroponte. Las personas cada vez van a utilizar más la red para comerciar y puede llegar el caso de que a uno le paguen por utilizar la red, pues la publicidad, que ahora no está optimizada, va a implicar ganancias mayores. Incluso, para el experto, lo más interesante que va a suceder en los próximos años es el uso del dinero digital.

En cuanto a la seguridad y la privacidad potencialmente amenazadas en ese panorama, Negroponte señaló que hay que separar lo percibido de lo real. Si bien hay personas que consideran al mundo digital peligroso, es totalmente lo opuesto porque una vez que los números de las tarjetas de crédito, por ejemplo, están en forma digital y encriptados resultan totalmente seguros.

Negroponte contó que le consultan constantemente si él pondría el número de su tarjeta de crédito en Internet, que la persona que hace esa pregunta es la que luego sale a cenar y le entrega su tarjeta a un mozo que desaparece por varios minutos.

La apuesta está en los niños

Respecto a la educación, Negroponte consideró fundamental la alfabetización digital de los niños y consideró que si hay algún sector de la población que probablemente es digital es el que tiene entre 10 y 14 años.

El experto contó que en los setenta, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), los países y los gobiernos les decían que se debían colocar computadoras en las Universidades porque de esa forma se iba a tener un impacto más rápido, pero para ellos lo mejor es que las computadoras lleguen a los niños antes que la “escuela los destruya” porque ellos son los principales recursos naturales de un país. De todas formas no basta con ello, sino que hay que atender también el aspecto pedagógico.

Consultado por el público acerca de qué software recomendaría para el área educativa, respondió que lo mejor es emplear uno que él llama constructivista, con el que el niño realiza cosas y durante el proceso aprende física y matemáticas, por ejemplo; y otro que permita que los pequeños hablen entre ellos.

Por otro lado, el MIT, junto con Antel, la embajada de Estados Unidos, la Universidad ORT y distintos medios de comunicación apoyarán la Red de Información Juvenil, creada por el Centro de la Comunicación y que comenzará a funcionar en unos dos meses. A través de esa red, a la que tendrán acceso los comunicadores, estará unido todo el país. Habrá por lo menos un centro en cada departamento y un centro piloto en Buenos Aires.

Información Nacional
2022-10-29T15:15:00