Apurate que se va el tren

escribe Silvana Tanzi 
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La historia podría resumirse así: hace 19 años que la Estación Central General Artigas está cerrada y atrapada en un proceso judicial que ha impedido la concreción de cualquier iniciativa o proyecto para su reapertura. El 17 de diciembre de 2015, Búsqueda publicó un artículo titulado El juicio infinito en alusión al laberinto interminable de demandas y contrademandas que condenó al abandono a ese bello edificio declarado Monumento Histórico Nacional en 1975. La peor noticia es que el juicio iniciado en 2003, cuando de la estación llegó y salió el último tren, aún continúa. La más alentadora es que hay señales que traen un poco de esperanza para que la estación retome algo de su vieja vida.  

La historia más larga se remonta al 23 de junio de 1897, cuando se inauguró la Estación Central, construida por el ingeniero Luigi Andreoni por encargo de la empresa inglesa Central Uruguay Railway. En aquel fin de siglo, el edificio fue un símbolo de modernidad por su valiosa arquitectura, en la que se destaca su techo de hierro y vidrio, y por el impulso que le dio al tren como el principal medio de transporte para conectar a todo el país.

Andreoni, nacido en Vercelli, Italia, dejó para Montevideo varios edificios destacados, como el Hospital Italiano, el Club Uruguay o el Teatro Stella D’Italia. Para la Estación Central utilizó estructuras de hierro, como las empleadas en los mercados europeos, y le dio mucha luz a la nave central destinada a los andenes. Para la entrada por la calle La Paz ideó una amplia y hermosa galería con arcos y columnas dóricas. Andreoni construyó una estación de increíble fortaleza que le ha permitido resistir al vandalismo, las ocupaciones y la falta de conservación.  Para entender el periplo judicial hay que detenerse en 1998, cuando el Banco Hipotecario del Uruguay (BHU) le compró a AFE la Estación Central en el marco del Plan Fénix, un proyecto inmobiliario y comercial para la Aguada. Se creó entonces la sociedad anónima Saduf (integrada por el BHU y la Agencia Nacional de Vivienda), que llamó a una licitación en 2001 a la que se presentó un solo oferente: la empresa Glenby S. A., a cargo de Fernando Barboni.

El empresario tenía un ambicioso proyecto que incluía la construcción de un shopping, cuatro torres y un hotel cinco estrellas en la playa de maniobras. Como Saduf no le entregó en el momento convenido los terrenos que aún estaba usando AFE, la empresa le entabló una demanda al Estado por incumplimiento de contrato en 2003. En ese momento, comenzó el juicio infinito.

Estación Central. Fotos: Nicolas Celaya / adhocFOTOS

¿De quién es la estación?

La pregunta regresa cada tanto y no es sencilla de responder porque la maraña judicial que se fue armando en casi dos décadas es kafkiana. Otra vez conviene resumir: En 2016, con la aprobación de un artículo de la Rendición de Cuentas, el Estado pudo obtener la custodia de la estación y de la playa de maniobras, que quedaron bajo la jurisdicción del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) y del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP). Por su parte, la Intendencia de Montevideo (IM) regula los usos de suelo, por lo tanto, es la que autoriza cualquier modificación del lugar.

Pero Barboni reapareció en 2018, presentó un recurso de inconstitucionalidad y la Suprema Corte de Justicia falló a su favor en 2020. El litigio, entonces, no se salda hasta que no haya un acuerdo entre las partes. Ahora está centrado en la propiedad de la playa de maniobras y por lo tanto no se puede hacer ninguna intervención. De todas formas, el MTOP hizo una concesión transitoria al consorcio que está construyendo el viaducto de la rambla portuaria para que pudieran comenzar los trabajos.

William Rey, director de la Comisión de Patrimonio, echa un poco de luz sobre el alcance de la declaratoria de Monumento Histórico. “La declaratoria incluyó el edificio de la Estación Central y la playa de maniobras. Pero como en el origen tenían lotes distintos, en 2008 la playa de maniobras quedó desafectada de esa declaratoria. Eso motivó en aquel momento mi renuncia a la Comisión de Patrimonio”. En 2008, Rey presidía la comisión. “Tuvimos una discusión con la entonces ministra de Educación y Cultura, María Simon, quien estaba muy presionada por Víctor Rossi, ministro de Transporte, que quería usar la playa de maniobras como playa de contenedores. Apilar varios niveles de contenedores iba a provocar que se perdiera la visión de la fachada que da hacia los accesos a Montevideo. Por otro lado, inviabilizaba toda inversión y la posibilidad de otro destino”. Finalmente, la playa de maniobras perdió su carácter de monumento histórico, entonces Rey y el historiador José Rilla, también integrante de la Comisión, renunciaron. En ese momento el Parlamento llamó a la ministra Simon a dar explicaciones y la idea del ministro Rossi de usar la playa de maniobras como depósito de contenedores no se llevó a cabo.

Para Rey, lo peor que le puede pasar a un bien patrimonial es que no tenga uso. “Ni siquiera hablo de inversión, sino de uso. Por supuesto que además tiene que haber voluntad política de empezar a invertir para mantenimiento y conservación. La ley de patrimonio responsabiliza de la manutención a los propietarios de los bienes, y no son pocos los monumentos históricos que están en una situación de abandono. Nosotros como comisión podemos señalar o llamar la atención, pero no podemos resolver esos problemas económicamente. De todas formas, hemos apoyado aquellos bienes que tienen un proyecto de recuperación y cuyos propietarios hayan demostrado que están trabajando en su recuperación, con recursos humanos o económicos. El problema con la Estación Central es que no está claro de quién es la responsabilidad”.

Un ejemplo reciente de ese tipo de apoyos es el de la estación Mal Abrigo, en San José, que fue declarada Monumento Histórico en 2021 después de un proceso de recuperación que llevaron adelante vecinos de la localidad con ayuda del Ministerio de Turismo a través del plan Pueblos Turísticos.

Estación Central. Fotos: Nicolas Celaya / adhocFOTOS

La estación como escenario

En 2018, durante el Día del Patrimonio, la Estación Central, ya en jurisdicción estatal, abrió sus puertas al público y fue uno de los sitios más visitados del fin de semana. En ese momento, se pudo comprobar que, a pesar de la falta de mantenimiento, de las filtraciones de agua que provocan algunos desprendimientos de revoque, de los vidrios rotos, de los grafitis y de las marcas de fogatas en sus paredes, el edificio aún mantiene las huellas de su viejo esplendor.

En la década de los 90 la estación había sido escenario de varios conciertos de música, entre ellos, el de Mano Negra, Duran Duran y Iron Maiden. En 2004, un año después de la partida del último tren y del cierre de la estación, se organizó Viene, un emprendimiento cultural llevado adelante por Francisco Ferrés que implicó la instalación de ateliers de artistas, tiendas de diseño, editoriales, sellos discográficos, boliches y escenarios musicales. Para la nota de 2015, Marcelo Benoit, coordinador del Grupo de Pasajeros en Defensa de la Estación Central, había declarado a Búsqueda que en los días que duró Viene, “rompieron una cantidad de cosas y terminaron dejando una deuda enorme de electricidad, agua y teléfono”.

Hubo también otros eventos, como un encuentro en 2019 de talleres y exposiciones de la Facultad de Arquitectura y Diseño o el concierto que brindó la Filarmónica de Montevideo en 2020 bajo la dirección de Ligia Amadio. Pero tal vez el más simbólico fue cuando en el marco del Día del Trabajador Ferroviario en 2019 se habilitó la entrada de algunos trenes. Entonces, renació la esperanza.

Estación Central. Fotos: Nicolas Celaya / adhocFOTOS

Pasajeros en espera

Como en 2015, Benoit volvió a hablar con Búsqueda sobre la pelea que desde 1998 viene llevando adelante el Grupo de Pasajeros en Defensa de la Estación Central para que los trenes regresen allí. Desde que se cerró la estación y se abrió una terminal 500 metros hacia el norte, no han dejado de protestar por los inconvenientes que les trajo a los pasajeros. Calculan que desde que fue reabierta esa nueva terminal, se perdieron cerca de 100.000 pasajeros por año en la línea Montevideo-Progreso-25 de Agosto, debido a que está alejada del Centro.

El grupo lleva en su página web un registro detallado de notas de prensa, fotos, videos, testimonios, estadísticas, comunicados y cartas para recolectar firmas. Si alguien quiere informarse de todo lo que ha sucedido con AFE y la Estación Central desde 1998 hasta 2022, tiene que entrar a esa página. En 2019, el grupo de pasajeros reunió 23.000 firmas en apoyo a la reapertura de la Estación Central como terminal de trenes.

“Se ha empezado a hablar de nuevo de retomar el Plan Fénix, de vender o dar parte del terreno para que lo desarrollen privados. Pero si se construye donde están las vías después no se puede hacer nada. Queremos que haya una definición política clara y que digan que los trenes llegarán a la estación”, dice Benoit, enfático, al comentar sobre recientes declaraciones en la prensa tanto del ministro de Transporte, José Luis Falero, como del director de Planificación de la IM, Luis Oreggioni.

La IM ha mantenido conversaciones con el MTOP y el MVOTMA sobre posibles destinos para la Estación Central una vez que termine el juicio.

“El ministro Falero mencionó que se podría llevar la terminal de ómnibus de Río Branco para la Estación Central. Eso nos preocupa porque al final los trenes quedan en segundo plano y los ómnibus copan todo. El transporte suburbano es un caos, las líneas de distintas empresas compiten entre sí, hay ómnibus de sobra y el sistema es ruinoso. Mientras, tenemos el ferrocarril con doble vía hasta Progreso y andenes nuevos en todas las estaciones”, agrega Benoit en alusión al mantenimiento y construcción de vías que lleva adelante el gobierno con el proyecto Ferrocarril Central.

Consultado por Búsqueda, Oreggioni destacó que recuperar el espacio de la Estación Central es estratégico para Montevideo. “Tanto la terminal como la playa de maniobras de AFE debe tener un destino de uso urbano. Se trata de la oportunidad de recuperar más 16 hectáreas para el desarrollo de la ciudad. El área podría ser objeto de proyectos de activación urbana proponiendo espacios vinculados a varias actividades: la movilidad urbana y la intermodalidad, vivienda y oficinas y usos culturales. La terminal de Andreoni, edificio de gran valor arquitectónico, debe ser objeto de una cuidadosa restauración”.

Benoit insiste en que es fundamental que no se construya sobre las vías porque de esa forma se impide que la estación vuelva a funcionar como lo que es, una estación de trenes. Pone como ejemplo lo que pasó en ciudades del mundo en las que años después de demoler o desafectar estaciones céntricas, se quiso recuperarlas con un costo altísimo. De sus archivos sale un cuadro en el que figura “la desafectación y la situación actual” de varias estaciones, entre ellas las de Hong Kong, Belfast, New York, Washington D.C., Santiago de Chile.

Una de las historias de ese registro se asemeja a la de la Estación Central. Es en la ciudad de Auckland en Nueva Zelanda. Su estación céntrica fue abandonada en 1930 y trasladada 1,2 kilómetros hacia el este, mientras que su terreno se usó como terminal de ómnibus y estacionamiento. En 2003, se inauguró en el lugar original una nueva estación subterránea “a un costo de 204 millones de dólares”, dice el informe. “El número de pasajeros pasó de 2,3 millones en 2003 a 5,7 millones en 2007”.

Estación Central. Fotos: Nicolas Celaya / adhocFOTOS

Proyectos a la espera

Propuestas para la Estación Central no han faltado en estos 19 años. Una de ella fue en plena campaña presidencial de 2019, y provino del entonces candidato Daniel Martínez, quien propuso una “estación del futuro”, una especie de Sillicon Valley local. Su idea, que llegó a presentar ante el Banco Interamericano de Desarrollo, molestó al ministro Rossi, por lo inoportuno del planteo mientras estaban en medio de la pelea judicial.

El año 2019 fue importante en ideas. En un intento por reflotar la Estación Central antes de que terminara el mandato, Rossi impulsó un llamado abierto de proyectos al que se presentaron 11 propuestas.

El lanzamiento del llamado se hizo en la propia estación y allí estuvo presente Augusto Alcalde, del estudio Alcalde-Arrosa Arquitectos. “En esa misma instancia se acercaron a nosotros representantes del grupo de pasajeros y nos propusieron hacer un proyecto conjunto que le diera prioridad al uso de la estación para pasajeros y que permitiera también el desarrollo de otro tipo de programas”, explicó Alcalde en conversación con Búsqueda.

Ese proyecto tuvo muy buena respuesta por parte del MTOP, con más aspectos a favor que en contra. “Nuestra propuesta no es exclusivamente para la utilización del edificio. Se basa en una serie de operaciones urbanísticas que implican una mejora sustancial en el Centro, Ciudad Vieja y Montevideo. Propusimos un circuito de tranvías en loop con un vínculo directo con Tres Cruces por La Paz, después por 18 de Julio al Obelisco y nueva conexión a Tres Cruces”. 

Con el cambio de gobierno, las propuestas quedaron a la espera. Porque la palabra espera es la que domina en casi dos décadas de historia de la Estación Central.  En 2020, Alfredo Ghierra, con su proyecto artístico Ghierra Intendente, hizo una muestra en el Espacio de Arte Contemporáneo en el que participó la propuesta de Alcalde-Arrosa, pero reformulada porque en ese momento se había comenzado a construir el viaducto en la rambla portuaria. “Empezamos a evaluar otras operaciones que fueran en consonancia con la idea fuerza de la terminal multimodal. Contemplamos que todo el espacio residual que queda bajo el viaducto pueda alojar la terminal de ómnibus que no es fácil de solucionar y que está causando un perjuicio en la terminal de Río Branco”. 

Además del Grupo de Pasajeros en Defensa de la Estación Central, este renovado proyecto tiene el apoyo de otras organizaciones civiles como Basta de Demoler y Patrimonio Activo. Para Alcalde, la propuesta se diferencia de las otras que se han presentado porque no es estrictamente comercial. “Nosotros también proponemos algo comercial, incluso una torre muy esbelta que no interferiría para nada con la dinámica de la estación y que puede albergar viviendas y oficinas. La nuestra es una propuesta de carácter urbano y la idea fuerza es la creación de un espacio público en ese lugar de Montevideo”.

El proyecto incluye la creación de un “espacio norte” sobre la calle Paraguay, con un gran parque urbano donde se ubicaría la torre y posibles emprendimientos privados sin afectar la playa de maniobras. La nueva propuesta se la entregaron al ministro Falero.

“Transformar lo que antes fue solo una estación de trenes en una estación multimodal ya se ha hecho en el mundo. No nos abrazamos a la originalidad de la idea del circuito en loop, pero sí a la propuesta urbana integral. Tenemos que aprender de aciertos y errores de otras capitales. Nos da mucha alegría cuando el ministro Falero empieza a hablar de terminal multimodal, algo que en las otras propuestas no estaba, como tampoco la mudanza de la terminal Río Branco”. 

Alcalde agrega que toda el ala sobre la calle Paraguay que se usaba para oficinas de AFE se podría arrendar como oficinas estilo coworking sin alterar la estructura original. En la otra ala proponen un gran museo y en la planta baja un espacio que podría ser para propuestas gastronómicas o propuestas culturales. “Estamos contentos con la devolución de 2019 porque en aquel momento se presentaron estudios muy potentes. Ahora estamos a la espera de que termine el juicio”.

Mientras el gobierno, los privados y grupos de la sociedad civil piensan, proyectan y protestan, la Estación Central se mantiene cerrada y desde 2018 rodeada de una cerca de alambre y con guardia perimetral. Se han hecho obras de mantenimiento sobre todo en el techo, pero no se puede entrar por peligro de derrumbes.

Por detrás de la cerca, la estación luce más limpia que hace unos años, pero permanecen los grafitis, lo vidrios rotos, el pasto alto y el visible deterioro de la ornamentación y de las estatuas en homenaje a los inventores George Stephenson, James Watt, Alessandro Volta y Denis Papin. En un lugar destacado, la estatua de Artigas se mantiene entera, como si estuviera resistiendo con dignidad, junto a la estación que lleva su nombre, 19 años de abandono y soledad.

Vida Cultural
2022-11-06T11:34:00