Larrañaga asegura que como presidente tendría la misma relación con Batlle y Sanguinetti que con Vázquez, mediante acuerdos puntuales

entrevista de Elena Risso y Andrés Danza 
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Con la misma convicción con la que defiende la apertura de las empresas públicas a la competencia, la concesión de servicios estatales y hasta su privatización cuando el “marco jurídico“ lo habilite, el candidato presidencial del Partido Nacional, Jorge Larrañaga, reivindica la necesidad de asignar subsidios al agro, a la industria, a los servicios, al turismo y a la construcción.

Es que Larrañaga dice no creer en las “etiquetas” ideológicas de “izquierda” o de “derecha” y así quiere demostrarlo con sus ideas. Por eso asegura que tampoco recurrirá a esa división si es elegido presidente de la República en las próximas elecciones.

Es más: adelanta que en ese caso tendrá la misma relación con los ex presidentes colorados Jorge Batlle y Julio Sanguinetti que con el líder izquierdista Tabaré Vázquez. Para eso promoverá un sistema de “gobernabilidad” con “acuerdos” puntuales y no una “coalición” de partidos.

“Yo no siento condicionamientos. La gente sabe que soy una persona de firmes convicciones, que nadie me va a condicionar”, sostuvo Larrañaga.

El líder blanco dijo a Búsqueda que si llega a la Presidencia no le dará importancia al protocolo inherente a ese cargo porque no quiere verse “privado del contacto con la gente“.

Larrañaga aseguró estar “convencido” de que triunfará sobre Vázquez y recordó que, hasta ahora, nunca falló en sus pronósticos electorales.

A continuación un resumen de las declaraciones de Larrañaga para Búsqueda.



—¿Usted considera que la polarización que hay ahora entre la izquierda y el Partido Nacional se mantendrá hasta el 31 de octubre?

—Creo que es inevitable. Estoy convencido de que el Frente Amplio está en su techo, en el entorno del 44% o 45%, el Partido Nacional va a seguir creciendo y también seguramente el Partido Colorado pueda tener una expresión un poco mejor. El esquema de polarización está anticipadamente dado para el mes de octubre. La elección claramente es entre el doctor Vázquez y quien habla.

—Pero la mayoría de las encuestas asignan a la izquierda un porcentaje cercano al 48%...

—…hay otras encuestas que están expresando otra cosa completamente distinta. Hay encuestas que están hablando del 44% o 45%, máximo 46%, para el Frente Amplio. Y el Partido Nacional en todas ellas está en el entorno del 32% o 33% y creciendo. Ésta es una pauta muy clara. Pero además yo tengo la mejor encuesta, que es la encuesta del mensaje de la gente. El 15 de junio del año pasado dije que iba a ser el candidato único a la Presidencia de todo el Partido Nacional. Esto se concretó. En marzo de este año dije que ganaba por más del 50% y muchos se sonrieron cuando lo dije. Bueno, ahora afirmo que voy a ser el próximo presidente de los uruguayos. Estoy convencido de que vamos a ir a la segunda vuelta y vamos a ganar en la elección presidencial.

—¿Va a cambiar de estrategia para el balotaje?

—Bajo ningún punto de vista. En marzo dije que íbamos a hacer una coalición con los uruguayos. Me estaba anticipando a expresar que no se daban las condiciones para reiterar un entendimiento como el de 1999. Es lo que estoy buscando en esta campaña electoral. Yo le hablo al ciudadano.

—Usted habla de no hacer acuerdos con las cúpulas partidarias, pero cuando llegue el balotaje es evidente —porque ya lo han dicho algunos de sus dirigentes— que el Partido Colorado va a llamar a votar por Larrañaga y no por Vázquez. ¿Eso no le genera un compromiso político con el Partido Colorado?

—Nuestro compromiso es impulsar un gobierno que convoque a todos los partidos. Vamos a convocar a los que nos apoyaron y a los que no nos apoyaron. Creo que el país necesita hoy una tregua política a partir del próximo gobierno de por lo menos 30 meses y nosotros vamos a trabajar en esa línea de gobernabilidad. Ya lo he dicho: participación en los entes y empresas públicas, integración en los primeros 100 días del Tribunal de Cuentas y de la Corte Electoral y no descartamos la presencia de algún ministro que sea de otro partido.

—¿Antes del balotaje va a hablar con algún dirigente colorado para lograr acuerdos?

—Hablar quisiera hablar con todos. Siempre he dialogado con todos. He tenido instancias de diálogo con el doctor Vázquez, las tengo con el propio presidente de la República, las he tenido con el doctor Julio María Sanguinetti, las tengo con el escribano Stirling, las tengo con el candidato del Partido Independiente, con el candidato de la Unión Cívica. No puede prescindirse de las conversaciones entre los actores políticos. Ahora, si ustedes me preguntan por un acuerdo formal, mi contestación es no. No voy a tener acuerdo formal con ningún partido ni con ningún dirigente. Después de ser electo presidente, por supuesto, vamos a tener un diálogo con todos los partidos, con todas las organizaciones gremiales, con el país entero.

—Por ejemplo, en la campaña pasada, el presidente Batlle participó en actos en sedes blancas. ¿Usted no va a ir a sedes del Partido Colorado a dar discursos?

—Yo entre octubre y noviembre voy a hacer actos en las esquinas de las villas, de los pueblos y de las ciudades. Les voy a hablar a los uruguayos. El político se debe a la gente, al ciudadano, y ésa es mi forma de hacer política, que no voy a cambiar después del 31 de octubre. Y no voy a cambiar cuando sea presidente tampoco. Ya lo he dicho: no voy a vivir en la residencia Suárez. Voy a procurar hacer periódicamente reuniones de gabinete en las capitales departamentales, en las sedes de los gobiernos departamentales. Porque me parece relevante que en un gobierno nacional su presidente, los ministros, los presidentes de las empresas públicas, diputados, puedan atender los reclamos de las organizaciones sociales, de la comunidad local y resolver muchas cosas que se pueden resolver en ese momento. Aunque sea para decir que no. Yo ya lo hice en el gobierno departamental de Paysandú. Y lo pienso hacer en el ejercicio del gobierno nacional.

—Para un presidente es más difícil por el protocolo que tiene la Presidencia...

—…tiene que ser posible.

—¿Qué va a hacer con la residencia de Suárez?

—Será sede de acuerdos, de reuniones. En los acuerdos con el gabinete pienso periódicamente convocar también a los coordinadores de las distintas bancadas parlamentarias, para que tengan un conocimiento de las líneas importantes del gobierno. Esto me parece también relevante.

—Los consejos de ministros generalmente se hacen en el Palacio Estévez...

—…lo importante es lo que se acuerde y no el lugar.

—Usted, como presidente, ¿se imagina caminando por la calle?

—Claramente. Yo no quiero verme privado del contacto con la gente. Un presidente enrejado en el Edificio Libertad o en la residencia de Suárez no es la mejor forma de ejercer el gobierno de la República. ¿Han visto en mi campaña electoral un servicio de seguridad? ¿Han visto en mis recorridas por el país custodios personales? Han visto cómo, en definitiva, me paro en cualquier lugar a darle una entrevista a un periodista. Como presidente voy a instalar una relación distinta con la prensa. Vamos a tener la figura del vocero presidencial y vamos a tener encuentros con los medios de prensa, tal vez también en la residencia de Suárez.

—Batlle y Sanguinetti encabezan las listas al Senado y por eso es predecible que procuren incidir en su gobierno. ¿De qué forma piensa relacionarse?

—Tendremos la relación que corresponda en función de la investidura de ellos y de la nuestra. Tendrán la relación con nosotros que tengan los otros sectores de la vida política nacional; ni más ni menos. Será la relación que tengamos también con el Frente Amplio, con sus principales partidos, con sus senadores y con el doctor Vázquez si sigue en la actividad política porque como dijo que si perdía se retiraba de la actividad política totalmente, veremos quién sucede al doctor Tabaré Vázquez en caso de perder. Yo no me voy a ir en ningún escenario para mi casa.

—La izquierda señala que llegado el momento, usted va a gobernar con Sanguinetti, Batlle y Lacalle...

—¿…y el doctor Vázquez va a gobernar sólo con el Frente Amplio? También va a tener que hablar el doctor Vázquez con Larrañaga, con Lacalle, con Sanguinetti, con Batlle. ¿O no piensa hablar el doctor Vázquez con representantes de esos actores políticos? ¿Polariza desde la oposición y polarizará desde el gobierno?

—Pero puede pensarse que los colorados realizarán acuerdos con los blancos en el Parlamento...

—Nosotros vamos a construir un esquema de gobernabilidad, no de coalición. Yo creo que hay que recrear un clima distinto en la vida política nacional para tener la perspectiva de llevar adelante una acción y un programa de gobierno. Y ahí los acuerdos se van a ir implementando. Pero yo no siento condicionamientos. La gente sabe que soy una persona de firmes convicciones, que nadie me va a condicionar. Como yo tampoco suelo condicionar imperativamente al resto.

—Una vez que acceda a la Presidencia hay muchos cargos públicos para ocupar, que hasta ahora se han otorgado en algunos casos a dirigentes que han perdido sus bancas...

—Vamos a dar participación pero no cuota política. Vamos a elegir a los mejores. Hasta por eso creo que es renovadora y transformadora la visión de un gobierno de compromiso nacional porque evidentemente la participación de todos los partidos va a hacer un recíproco control y eso va a incrementar la transparencia y la eficacia del Estado y el control.

—¿Usted puede asegurar que no va a utilizar el criterio de designar a políticos que perdieron las elecciones en las empresas públicas?

—Vamos a dar participación al sistema político pero sobre la base de eliminar el concepto de reparto de cargos en función de cuota política. Tiene que haber un grado de reforma de la eficacia del Estado.

—¿Qué piensa hacer concretamente para reformar el Estado?

—Eliminar el gasto superfluo, los contratos de arrendamiento de obra, reformular las asignaciones presupuestales de algunos ministerios y aplicar la eficacia y la eficiencia en la gestión del Estado. Esto además va también para las empresas públicas, donde nos parece fundamental el grado de involucramiento de los distintos integrantes de sus directorios. Voy a exigir que los directorios rindan cuentas ante el Parlamento y ante el presidente de la República sobre su gestión y los gastos en todo concepto.

—¿Hoy gastan en exceso?

—Creo que no hay el control necesario que debe existir en los organismos públicos. Esto va a correr para los gastos de publicidad, para la integración de las secretarías y para los viajes. Ahí tiene que haber un grado de disciplinamiento muy fuerte. Con el respeto por supuesto de las autonomías que la Constitución les pueda otorgar, vamos a tener un control férreo de los actos de los entes autónomos y de los servicios descentralizados.

—¿Está de acuerdo con abrir las empresas públicas a la competencia?

—Nosotros creemos que los monopolios públicos y los monopolios privados son malos, tanto unos como otros. El Partido Nacional cree en la asociación de las empresas públicas. Lamentablemente no se ha podido avanzar, no precisamente por el Partido Nacional. Ha sido la izquierda la que muchas veces ha impedido en las instancias plebiscitarias que se dieran esos procesos de asociación. El mismo Frente que se opuso en ANCAP, ahora por boca de su potencial ministro de Economía, el senador Astori —que en su momento colaboró con la ley de ANCAP aunque después no votó—, dice que tiene el objetivo de asociar ANCAP con Petrobras y con otras empresas. ¿Eso es creíble?

—¿Pero usted se imagina empresas públicas compitiendo con empresas privadas, como por ejemplo ANCAP en los combustibles o Antel en las llamadas?

—Yo creo que sí. Así estaba previsto en la ley del 7 de diciembre. Había un calendario.

—Además de ANCAP, ¿en qué otro caso de apertura a la competencia está pensando?

—Puede haber en otras áreas del Estado. Habrá que ver el grado de acuerdos que se puedan alcanzar para mejorar y darle eficiencia a la gestión pública.

—¿Está de acuerdo con las concesiones de servicios del Estado?

—Sí, dentro de los límites y dentro de lo que pueda significar el marco normativo jurídico habilitante. Estudiando caso a caso.

—¿Por ejemplo en qué casos?

—En el tema de las rutas, o de los puertos, o del aeropuerto. Ahí no es a nosotros que nos tienen que preguntar si estamos de acuerdo o no con las concesiones. Pregúntele al Frente Amplio. En su momento escuchamos a algún legislador del Frente que dijo que iba a revisar todas las concesiones. Habría que preguntarle al doctor Vázquez qué piensa al respecto.

—¿Y con las privatizaciones de algún servicio estatal?

—Cuando haya marco jurídico habilitante y cuando podamos acordar esos procesos de privatización.

—Para usted no es mala palabra entonces...

—No tengo un preconcepto ni sobre lo público ni sobre lo privado. Creo que hay cosas que marchan bien en la actividad privada y marchan mal en la actividad pública y al revés. Yo creo en la eficiencia. Se puede ser eficiente desde lo público y desde lo privado. Creo que tenemos que tener un Estado más eficiente que cumpla con un principio fundamental y definitorio. El Estado uruguayo tiene que pesar menos en la producción y en el trabajo nacional.

—Sin embargo, usted apoya el plebiscito del agua...

—…nosotros tenemos una interpretación que no es retroactiva con respecto a las concesiones y a las inversiones realizadas. Frente al avance de los países desarrollados que ahora quieren construir la tesis de que el agua es patrimonio de la humanidad, debemos darle un marco de protección más rígido a nivel constitucional. Y en el tema del saneamiento vamos a no hacer gárgaras con tachuelas. Uruguay tiene hoy 98% de cobertura de agua y un porcentaje por encima del 55% de cobertura de saneamiento. Que venga alguien a decirme si el saneamiento de la ciudad de Guichón o de José Pedro Varela puede ser de interés para una empresa privada para que se pueda explotar por régimen de concesión. No vamos a dramatizar el tema de la reforma ni a demonizarla.

—¿Cuáles son sus prioridades en política exterior?

—Las condicionantes sociales de carácter interno y la vulnerabilidad en lo externo nos plantean desafíos que necesariamente debemos afrontar integrándonos al mundo, pero privilegiando la región. Queremos un nuevo Mercosur, queremos uno que sea efectivamente un proyecto de integración económica pero no excluyente de acuerdos con otros bloques comerciales. Lo que tenemos claro es que el Mercosur no debe ser un proyecto de familias ideológicas sino uno de complementariedad productiva. Se necesita implementar una política exterior de Estado sobre una visión de largo plazo. Creemos en la reformulación del servicio exterior. La política exterior y el comercio internacional no pueden desconocer las realidades. Buscaremos la refundación del Mercosur.

—¿Esa reformulación puede implicar cierre de embajadas?

—El servicio exterior debe ser una verdadera fuerza generadora de oportunidades de negocios para el país. Para ello será necesaria su racionalización siguiendo criterios políticos pero ante todo atendiendo la estrategia de inserción comercial del país sobre la base de una política comercial activa. No podemos tener un servicio exterior que funciona como si fuera rico en un país pobre. Yo quiero resultados.

—Usted afirmó que la solución al tema del endeudamiento agropecuario la tendrá que buscar el próximo gobierno. ¿En qué está pensando?

—Creemos que el país ha atravesado una crisis como nunca tuvo, una situación excepcional, y esto amerita que se busquen soluciones en el marco de un proceso de certeza y seguridad. Se tiene que mejorar todo lo que tiene que ver con el sistema financiero, que tuvo un impacto muy fuerte en la confianza, y no perjudicar a los ahorristas. En todo sistema de recuperación de activos tiene que haber un equilibrio que no afecte el tejido social de un país. El tema endeudamiento va a requerir acuerdos políticos y entendimientos con el sistema financiero y soluciones analizadas en un contexto caso a caso, que vayan sobre la base del crecimiento, del desarrollo y de políticas de recuperación de activos.

—¿No por la vía legal?

—Nosotros sustentábamos la vía legal para un tiempo excepcional, para el tiempo de la crisis del 2002. Pero ése es un esquema que ni el propio Vázquez defiende, mas allá de que el sector de su candidato a vicepresidente de la República lo promovió.

—El Partido Nacional dice que no aplicará ningún nuevo impuesto al agro. ¿No es injusto con los demás sectores?

—¿Cuánto tuvo de rezago el sector agropecuario? Sufrió el atraso cambiario, el tema del endeudamiento, además tiene un componente aleatorio como es el clima y cumple también con mantener el tejido social rural. Forma parte además de una estrategia descentralizadora para la generación de trabajo. Somos el único partido que promueve descentralizar el desarrollo, la educación y la salud. En este país lo principal es la generación de fuentes de trabajo genuinas. Si no hay crecimiento, no vamos a tener inversión ni desarrollo ni vamos a tener trabajo. Por eso, si el agro está remolcando a la economía del país, no le podemos meter impuestos. Lo que nosotros queremos hacer es poner al Estado al servicio de la gente, de la producción y del trabajo y no la gente al servicio del Estado. El Estado debe generar las condiciones necesarias para que se desarrolle la inversión privada y de esa manera se generen nuevos puestos de trabajo. Tenemos que ir además a una simplificación del sistema tributario. Pocos impuestos y justos, porque cinco impuestos son responsables del 90% de la recaudación del Estado. Acá tenemos que bajar el IVA, procurar disminuir el IRP y compensar esto con crecimiento y con control de la evasión. Si hay crecimiento hay mayor recaudación. Yo les puedo asegurar que voy a bajar el IVA al cabo de los cinco años de gestión. Con respecto al comercio y a los servicios es cierto que sobre ellos recae un peso tributario mayor al de la industria y el agro. Es un tema que nos preocupa y del que somos plenamente conscientes. Bajo una estricta política de contención del gasto público, trabajando activamente sobre la evasión fiscal y la mejora de los ingresos fiscales por un mayor nivel de actividad, implementaremos un plan de convergencia para que estos sectores se equiparen con el resto de la economía.

—Usted ha defendido públicamente los subsidios. ¿Qué sectores piensa subsidiar concretamente?

—Es impensable no tener políticas activas para el desarrollo. ¿Por qué se desarrolló la forestación? Por políticas activas diferenciales tributarias que incidieron. Las políticas activas son imprescindibles. Estoy pensando en aquellos sectores que puedan generar crecimiento, inversión y trabajo. Por eso estamos hablando del sector agropecuario, del sector industrial, de los servicios y fundamentalmente del turístico. También de la industria de la construcción. Esto es una forma de quitarle presión tributaria a la inversión productiva. Éste es el modelo de Uruguay productivo, que no se queda sólo en el sector agropecuario. La estrategia del desarrollo nacional tiene que ser incluyente del desarrollo local. Por eso hablamos de crear las agencias de desarrollo regional en el interior del país, sin incremento de burocracia. A veces una buena idea precisa simplemente ser escuchada para desarrollarse. ¿Cuántas buenas ideas en el ámbito local quedan por el camino porque no hay nadie que escuche? Esto requiere también de reglas claras conocidas y con visión de largo plazo, tanto de política económica como de política de Estado en general. La estabilidad política e institucional y por supuesto la estabilidad macroeconómica son condiciones necesarias para el desarrollo de un escenario de atracción y reproducción de inversiones. En términos macroeconómicos nos planteamos una meta de inflación de un dígito, tipo de cambio flexible y que asegure la competitividad, responsabilidad fiscal para hacer frente a los compromisos externos e ir resolviendo las desigualdades en lo interno. Yo voy a priorizar el trabajo y la educación. Un gobierno del Partido Nacional va a tener una inversión en educación no menor al 4% del Producto Bruto Interno.

—¿En qué piensa invertir ese 4%?

—El Uruguay hoy presenta niveles de pobreza e indigencia elevadísimos y, lo que es más dramático, la infantilización de la pobreza es alarmante y es un tema que se debe abordar en forma inmediata. Nosotros creemos en la educación, en un sistema de salud descentralizado, y ambos en estricta coordinación con el resto de las políticas sociales como los instrumentos más adecuados para la contención social de los aproximadamente 370.000 niños y adolescentes que viven bajo la línea de pobreza. Estos recursos se asignarán a la extensión de escuelas de tiempo completo, mejoramiento de la infraestructura edilicia, fortalecer la coordinación entre ANEP y el plan CAIF, extender el doble turno a todos los centros de enseñanza media, profesionalización de los docentes, adecuación de los niveles de remuneración de éstos y creación de cinco centros de alta tecnología.

Información Nacional
2022-11-06T17:37:00