Medio siglo de periodismo

La columna de Andrés Danza

6 minutos

Hay una combinación que no falla: los hechos y el tiempo. Los primeros son porfiados, se terminan imponiendo por más que se procure negarlos o disfrazarlos de mil maneras distintas. Lo que sucedió, sucedió y no hay forma de borrarlo. Lo segundo es lo que se encarga de eliminar todo lo superfluo, lo que apaga el ruido generado en el momento que tiene lugar un episodio determinado y ayuda a poder verlo en su real magnitud. En otras palabras, el tiempo diluye o desintegra lo que no merece ser guardado y fortalece lo trascendente.

En el caso de Búsqueda, el tiempo son 50 años, medio siglo, 2.199 ediciones. Y los hechos se acumulan a lo largo de estas cinco décadas obstinados, recurrentes y con un factor motivacional que se repite una y otra vez: apostar por el periodismo. Esa palabra, el oxígeno de nuestra ya larga vida, es imposible concebirla sin otras dos, que son los pulmones mediante los cuales respira. La primera es independencia y la segunda libertad. Es desde allí que abordamos nuestro trabajo para informar con orgullo a ustedes: nuestros lectores. A los incondicionales y a los críticos, a los más detallistas y a los de paso, a los de siempre, a los de hoy y a los que vendrán.

Muchas cosas han dicho de nosotros en estos 50 años. Desde que somos el “gratín de la derecha nativa” o el “felpudo” de blancos y colorados o neoliberales que odiamos al Estado y trabajamos para las grandes multinacionales, hasta sicarios, mandaderos, mujiquistas o agentes encubiertos del Mossad, de la CIA, de la KGB, de los masones y de unos cuantos grupos más que ya ni recuerdo. Eso en lugar de amedrentarnos nos llena de orgullo. Cuanto más variada sea la lista de calificativos, mejor sentimos que estamos haciendo nuestro trabajo. Y en lugar de apartarnos del camino, lo que hace es darnos energía para seguirlo caminando.

Además, y otra vez, lo que mejor nos define son los hechos y el tiempo. A ellos decidimos remitirnos en esta edición aniversario, reviviendo varios de los artículos periodísticos, columnas y reportajes que sumados moldearon lo que hoy somos. Lo hacemos mediante lo que mejor nos sale: informar. La única diferencia es que en esta oportunidad también informamos sobre nosotros mismos.

Aquí, en esta página editorial, empieza el viaje a las últimas cinco décadas que preparamos para ustedes. Los destinos son arbitrarios, elegidos de forma subjetiva, pero muy variados y representativos de lo que hicimos y hacemos. Empezando por el editorial “La información debe continuar”, escrito a fines de diciembre de 1983 por nuestro primer director, Ramón Díaz, y reproducido integro al costado de esta columna.

El motivo de esta elección es que se centra en lo esencial, en nuestra razón de ser, que es la información. Y fue escrito en momentos de censura previa impuesta por la dictadura militar, luego de varias clausuras y sanciones a las que ya había sido sometido el semanario. Informar es el camino, pase lo que pase, y así deja al descubierto nuestro ADN. Esa edición fue confiscada por los militares y se conservan solo dos ejemplares. Parte de los hechos.

También es un hecho que, a la salida de la dictadura, el entonces editor general y luego director de Búsqueda, Danilo Arbilla, escribió una columna -también reproducida en esta edición- en la que argumentó que para que se lograra una verdadera reconciliación entre los uruguayos primero era necesario conocer la verdad sobre los desaparecidos. De la misma forma que en esos años Búsqueda publicó diversos informes con listados sobre los desaparecidos o avisos realizados por sus familiares, sin descuidar toda la información surgida de ámbitos políticos y militares sobre la transición democrática, como queda claro en una de las notas que pueden leer en esta edición.

Más hechos son las columnas que también volvemos a publicar, como la de nuestro exdirector Claudio Paolillo, referida a los cambios en el mundo educativo y laboral que Uruguay no esta atendiendo -titulada “La muerte lenta”- y que fue en su versión digital la más leída en la historia del semanario, o la de Darwin Desbocatti contestando en tono de humor esas reflexiones de Paolillo, o la de Daniel Gianelli, denominada “Contundente diagnóstico educativo”, que tiene absoluta vigencia por más que fue escrita hace cinco años, o la del Tomás Linn, en la que bajo el título “Los nabos de siempre” describe a la perfección en 2001 lo que ocurre hasta el día de hoy con los contribuyentes y el Estado.

Hasta ahí la opinión con absoluta vigencia, con agregados exquisitos como los de Gustavo Escanlar y Eduardo Alvariza en materia cultural, entre otros. Pero para mostrar con mucha más certeza todavía esos hechos que nos construyeron e identifican, también recurrimos a varias notas informativas fundamentales del pasado. Para eso, cada periodista de la redacción eligió un tema en el que Búsqueda marcó agenda y lo desarrolló revisando el archivo invaluable con el que cuenta el semanario, que con extrema generosidad nos ha facilitado su mentora Susana Martínez, merecedora de un reconocimiento especial en estas líneas.

Las campañas electorales, los días en los que se celebraron las elecciones, los presidentes, los casos de corrupción, el pasado reciente, la migración, la agenda de derechos, la forestación, los cambios en la agroindustral nacional, los distintos rumbos económicos, los grandes eventos culturales, todo eso y mucho más transcurrió por las páginas de Búsqueda, testigo privilegiado de los principales acontecimientos de las últimas décadas.

Fueron muchos los gobiernos que pasaron y que pasarán, pero es el periodismo el que queda. Nuestra receta para mantenerlo y mantenernos por tantos años es ejercerlo siempre de la misma forma, esté quien esté a cargo del poder. Por eso somos molestos, cuestionadores y vigilantes, por eso antes se enojaban unos y hoy se enojan otros, por eso es tan difícil poder encasillarnos, por más que lo intentan de uno y otro lado. Porque nuestra receta es apostar a informar al lector de la mejor manera que se pueda y nuestro ingrediente principal es la independencia de todo partido político, gremio empresarial o sindical, club de fútbol, religión, secta o lo que sea. He ahí el secreto.

Los hechos se suceden en las próximas páginas como pruebas irrefutables de un pasado y presente abrazados a esas banderas de independencia y libertad que tanto queremos. Así seguiremos años, décadas, hasta que nos dé el cuerpo, sea en el formato que sea. Después vendrán otros que tomarán la posta porque lo importante no son las personas sino las instituciones que les dan abrigo. Y Búsqueda ya es una institución, ahora con medio siglo de historia.

Para terminar, un recuerdo especial a todos los que hicieron posible que lleguemos a celebrar estos 50 años de periodismo. Son cientos de colegas, algunos que siguen en Búsqueda, otros que emprendieron nuevos caminos y otros que ya no están. A todos ellos y a ustedes, nuestros lectores, gracias. Se merecen este homenaje.